En mi día a día es muy habitual que un cliente llame a la puerta, se siente, y me cuente una parte de su vida que quiere transformar en una joya.
Tomar la idea que me transmiten y transformarla en algo bello es parte fundamental de mi trabajo, y me apasiona.
Desde las vivencias de un particular hasta el recorrido de una empresa o institución, dejo volar mi imaginación para elaborar la pieza perfecta.
La responsabilidad de que una empresa o institución te pida que realices una o varias piezas que les represente es siempre un reto que disfruto.
Cuanto más me acotan el terreno de juego, más despliego mi creatividad para desarrollarlas: bancos, hoteles, bodegas, restaurantes, pequeñas empresas, o grandes multinacionales de todo tipo y condición se encuentran entre mis clientes.